Seyran se sentó en silencio junto a la ventana, su mirada perdida mirando al exterior. El dolor por la pérdida aún no la dejaba, especialmente después de que Ferit se hubiera ido sin una despedida. Se culpaba a sí misma, preguntándose si había algo más que podría haber hecho para mantenerlo. Aunque su corazón estaba pesado, Seyran sabía que tenía que ser fuerte, al menos para con el señor Halis, quien siempre preguntaba por Ferit cada día. Cada vez que él preguntaba, “¿Dónde está Ferit?”, Seyran sentía como si se ahogara, incapaz de decir una palabra. Hoy no fue diferente, cuando él nuevamente hizo la misma pregunta, Seyran sintió que su corazón se rompía. Ya no podía ocultarle la verdad, pero tampoco sabía cómo decirla sin hacerle daño.
“Ferit… él…” comenzó Seyran, pero antes de que pudiera terminar, la puerta de la habitación se abrió de golpe. Ferit apareció, entrando con una mirada cansada pero decidida. Tanto Seyran como el señor Halis se quedaron sorprendidos al verlo. El señor Halis, aunque su salud aún era frágil, no pudo evitar su emoción. Caminó hacia él, extendió los brazos y lo abrazó fuertemente, sin poder decir nada. “Has vuelto”, susurró, con lágrimas en los ojos, como si hubiera encontrado de nuevo la fe y la esperanza. Seyran se quedó inmóvil, su corazón se llenó de alegría, pero también de preocupación. Había pensado que Ferit no regresaría. Pero ahora, él estaba frente a ella, una vez más siendo una parte indispensable de esta familia. Ferit se giró hacia Seyran y Gülgün, su mirada era suave pero llena de determinación. “Me fui, pero cuando subí al avión, me di cuenta de que no podía dejar a la familia. No podía darles la espalda a las personas que me aman.” Esas palabras hicieron que el corazón de Seyran se aliviara, sintiendo que su alma sanaba poco a poco.
Las lágrimas comenzaron a caer sin poder evitarlo. Pero esta vez, sus lágrimas no eran de dolor, sino de felicidad, al ver que su familia volvía a reunirse. Las fracturas del pasado quedaban atrás, pero el amor y la conexión con las personas importantes en su vida era algo que no se podía reemplazar. Ferit se quedó. No solo por la familia, sino porque se dio cuenta de que el amor es lo más valioso en la vida. La familia Korhan, aunque había pasado por muchas pruebas, volvía a unirse a través del amor y el perdón. Juntos comenzaron un nuevo capítulo en sus vidas, sabiendo que la familia es el único lugar al que realmente pertenecen.