Kazım estaba sentado en silencio en la cima de la colina, el mismo lugar donde, años atrás, él y Halis se habían peleado tan intensamente que ni siquiera se miraban. Ese lugar estaba lleno de recuerdos tristes, y cada vez que lo pensaba, su corazón se llenaba de un dolor constante. Pero hoy, algo era diferente. Una figura familiar apareció a lo lejos. Halis, quien había sido su persona más cercana, pero también la que le causó una herida profunda, caminaba hacia él. Kazım no sabía qué decir, pero el sentimiento de ansiedad y espera le impedía dar la vuelta. Cuando Halis estuvo frente a él, sus ojos ya no mostraban la arrogancia ni la soberbia que Kazım solía ver. En su lugar, había una ternura desconocida, una mirada llena de arrepentimiento y pesar. “Sabes que estás enojado conmigo, y no te culpo por eso. Pero he entendido, la edad me ha enseñado que corregir los errores tiene más valor que defender el ego”, comenzó Halis, con voz entrecortada, más sincero que nunca.
Kazım se quedó inmóvil. Las palabras de Halis fueron como un suave viento, que derritió las viejas heridas, pero al mismo tiempo le sorprendieron. Halis, quien había creído que nunca se rendiría, ahora se humillaba y admitía su error. No dijo nada, solo miró a Halis, con los ojos llenos de lágrimas, sintiendo un cúmulo de emociones que no podía expresar. Halis se acercó, tomó la mano de Kazım con suavidad. Sus palabras parecían una súplica, una última oportunidad de sanar. “Dame tu perdón, para que no llevemos este dolor con nosotros en los días que nos quedan”, susurró Halis.
Kazım no pudo contener más sus sentimientos. Rompió en llanto, y las lágrimas recorrieron su rostro mientras corría a abrazar a Halis. Lo abrazó fuerte, besó su mano y dijo: “Está bien, hermano. Te perdoné hace mucho, solo esperaba que dijeras estas palabras.” Las palabras de perdón no necesitaban ser largas, ni complicadas. Eran simples, un acto de aceptación, de comprensión, y un amor verdadero que por fin había encontrado su camino de regreso. Ambos se quedaron allí, en la colina, un lugar que alguna vez fue testigo de tantas peleas, tanto dolor. Pero hoy, ese lugar presenció una reconciliación, el renacimiento de una relación, una nueva oportunidad para empezar de nuevo.