El beso bajo las luces del aeropuerto seguía grabado en la mente de Seyran. Fue el momento en que creyó que su amor con Ferit sería eterno. Sin embargo, esa creencia se desmoronó rápidamente cuando supo que él había planeado irse. La sensación de vacío y soledad la envolvía, dejándola en un estado de paralización. En el hospital, Halis, el poderoso abuelo de la familia, despertó después de una grave enfermedad. Al ver a Seyran, preguntó inmediatamente por Ferit. Seyran dudó, sin saber qué decir. Por un lado, quería ser honesta con él, pero por otro, temía que la verdad lo entristeciera. En ese momento de indecisión, la puerta de la habitación se abrió y Ferit apareció.
Halis vio a su nieto, se quedó en shock por un momento y luego rompió en llanto. Lo abrazó con fuerza, como si hubiera recuperado una parte importante de su vida. La escena hizo que Seyran no pudiera contener las lágrimas. Sentía como si su corazón se deshiciera. Ferit miró a Seyran, sus ojos reflejaban calidez y amor genuino. “No puedo irme, Seyran”, dijo con voz grave. “Me di cuenta de que lo que necesito está aquí, contigo y con la familia.” Las palabras de Ferit fueron como un rayo de sol atravesando la oscuridad, disipando toda la tristeza en el corazón de Seyran. Ella sonrió, con lágrimas corriendo por sus mejillas.
Resultó que Ferit se dio cuenta de que su amor por Seyran era más importante que cualquier otra cosa. Decidió quedarse, a pesar de las dificultades y desafíos que se le presentaban. La decisión de Ferit no solo trajo felicidad a Seyran, sino que también reconfortó a Halis. Sin embargo, su historia de amor aún tenía muchas sorpresas por delante. ¿La familia de Ferit, especialmente su madre, aceptará a Seyran? ¿El pasado de ambos se convertirá en un obstáculo para su amor? ¿Y podrán superar las adversidades para llegar al final feliz?