Ferit decidió enfrentar el problema. Llamó a su abuelo Halis y a Kazim, el padre de Seyran, y les dijo que las fotos eran falsificadas o viejas. Los convenció de que alguien estaba intentando destruir su familia. Halis y Kazim confiaron en Ferit. Sabían que su hijo era una buena persona y que nunca haría algo malo. Sin embargo, seguían preocupados por Seyran. No querían que ella sufriera.
Seyran comenzó a notar la tensión en la familia. Sabía que algo no iba bien, pero no sabía qué era. Le preguntó a Ferit sobre las fotos, pero él se negó a responder. Ferit sintió cada vez más presión. No podía seguir ocultando la verdad. Decidió decirle a Seyran que las fotos eran reales. Seyran se sorprendió al escuchar esto. No podía creer que Ferit la hubiera mentido. Se sintió traicionada y herida.
Ferit y Seyran comenzaron a pelear. Se echaban la culpa mutuamente por los problemas que estaban enfrentando. Finalmente, Seyran no pudo soportarlo más. Se fue de la casa. Ferit se sintió solo y perdido. Sabía que había cometido un error. Amaba a Seyran y quería recuperar su confianza. Mientras tanto, Seyran intentaba superar el dolor. Sabía que necesitaba tiempo para pensar en todo lo que había sucedido.