Seyran sentía su corazón aplastado. Toda la responsabilidad que Ferit le echaba encima ya era demasiado para ella. Aunque siempre estuvo a su lado, ahora se daba cuenta de que el amor no podía mantener una relación si solo una parte se esforzaba. Ferit, en su ira y desesperación, continuaba culpándola, lo que hacía que su relación se rompiera cada vez más. Ella no sabía qué hacer, pero una decisión importante estaba por llegar.
Kazim, el padre de Seyran, no podía quedarse de brazos cruzados mientras la situación en la familia Korhan empeoraba. No quería que este escándalo dañara más la reputación familiar, y al enterarse de la tensión entre Ferit y Seyran, pidió a Yusuf, el exnovio de Seyran, que actuara como espía dentro de la casa de los Korhan. Yusuf aceptó, aunque esto no era fácil, especialmente porque aún tenía sentimientos por Seyran.
Entonces, todo empeoró. Una noche, Seyran y Yusuf se encontraron en una conversación secreta. Ferit, desde lejos, los vio y no pudo contener los celos. No entendía por qué su esposa hablaba con su exnovio. Esta situación solo aumentó su inseguridad. Ferit comenzó a seguir todos los movimientos de Seyran y Yusuf, temeroso de que ella volviera con él.
La tensión alcanzó su punto máximo cuando Ferit se cruzó nuevamente con el paparazzi que había tomado las fotos de él y Pelin. Ese paparazzi, como una serpiente, dejó escapar comentarios insinuando sobre Seyran, diciendo que ella no era confiable y que Ferit no podía controlar su vida. Esas palabras fueron como una chispa que hizo que Ferit perdiera el control. Su ira estalló y se lanzó a pelear con el paparazzi en ese mismo momento. La pelea rápidamente se convirtió en un escándalo, y Ferit se enfrentaba a la posibilidad de ir a prisión por agresión.
Seyran, desde lejos, observaba la escena, su corazón roto. Sabía que Ferit se había perdido, pero tampoco podía quedarse de brazos cruzados mientras él se destruía a sí mismo. Una vez más, se encontraba frente a una elección difícil: ¿salvar a Ferit de la trampa que él mismo había cavado o alejarse de él para siempre?
Lo amaba, pero el amor no podía ser la razón para seguir sacrificándose. Seyran sabía que si se quedaba, solo sería una testigo del colapso de Ferit, y ya no podía permitir que eso sucediera. Pero, ¿tendría el valor de irse? ¿O elegiría quedarse y salvar lo que quedaba en su relación?
En ese momento, lo único que Seyran sabía era que no podía seguir parada y ver cómo se destruía su vida.