Cada paso de Seyran resonaba en el amplio pasillo de la casa de los Korhan, cada paso era una decisión irrevocable. Después de tantas veces siendo herida por el desprecio de Ferit y su familia, sabía que no había más opción que irse. “Ferit, ¿entiendes?” –dijo, con la voz temblorosa por el dolor. “No podemos seguir así.” Kazim estaba allí, con una mirada fría, como si hubiera estado esperando este momento. “Nunca aceptaré este matrimonio, Seyran. Esa es mi decisión final.” Seyran miró a Ferit por última vez, sus ojos llenos de tristeza y decepción. “Voy a regresar con mi familia, Ferit. Todo ha terminado.”
Ferit se quedó allí, sin poder creer lo que escuchaba. Todo a su alrededor parecía desmoronarse. ¿Podría el amor entre ellos salvarse, o sería este el triste final de una relación ya demasiado frágil? Seyran dejó la casa de los Korhan, llevando consigo un corazón roto. Regresó a su hogar, el lugar donde alguna vez se sintió en paz. Pero ahora, cada rincón de la casa le recordaba los hermosos momentos con Ferit. Mientras tanto, Ferit vivía en el arrepentimiento y la angustia. Se dio cuenta de que había perdido lo más valioso en su vida. Buscó a Seyran, pero ella había cambiado su número de teléfono y no quería verlo. Kazim, el hombre poderoso y severo, también se sentía arrepentido. Se dio cuenta de que había cometido un error al tratar a Seyran de esa manera. La había empujado fuera de sus brazos.
Con el paso del tiempo, Seyran comenzó a recuperar el equilibrio en su vida. Se concentró en su trabajo, pasó tiempo con sus amigos y familia. Se volvió más fuerte, más independiente. Sin embargo, la herida en su corazón aún no se había sanado por completo. Ferit no perdió la esperanza. Persistió en buscar a Seyran, le escribió cartas y le envió pequeños regalos. Finalmente, su sinceridad logró conmover a Seyran. Ella aceptó volver a verlo, pero con una condición: él debía cambiar y demostrarle su amor. Ferit aceptó la condición de Seyran. Comenzó a cambiar desde los detalles más pequeños. Aprendió a ser paciente, a escuchar y comprender a los demás. También se esforzó por sanar la relación con su padre.