Pelin, consumida por la obsesión y la envidia hacia Seyran, tramaba un plan para separarla de Ferit. Sabía que si lograba sembrar la desconfianza entre ellos, podría tener una oportunidad de conquistar a Ferit para sí misma. Así, urdió una mentira elaborada, asegurando que Ferit planeaba huir a Nueva York con otra mujer.
Con el corazón en un puño, Pelin buscó a Seyran y, con voz temblorosa, le reveló la falsa información. Seyran, al escuchar las palabras de su amiga, sintió un dolor agudo en el pecho. La idea de que Ferit pudiera abandonarla de esa manera la devastó. Cegada por la ira y la tristeza, decidió confrontarlo antes de que fuera demasiado tarde. Al llegar al aeropuerto, Seyran encontró a Ferit sentado en una sala de espera, con una maleta a su lado. Su rostro reflejaba una profunda tristeza. “¿Cómo pudiste?”, le gritó Seyran, acercándose a él con los ojos llenos de lágrimas. Ferit, sorprendido por la acusación, le preguntó de qué estaba hablando. Seyran, sin poder contenerse, le reveló lo que Pelin le había contado.
Ferit, al escuchar la mentira de Pelin, se sintió traicionado y confundido. “¿Por qué me harías esto?”, le preguntó a Seyran, su voz llena de dolor. “Siempre he esperado que me detuvieras, Seyran. Pero parece que llegaste tarde.” Seyran, al darse cuenta de su error, se derrumbó en lágrimas. Abrazó a Ferit con fuerza, pidiendo perdón por haber dudado de él. Ferit, a pesar de su dolor, la perdonó. Sin embargo, la semilla de la desconfianza ya había sido sembrada. La relación entre ellos quedó marcada por este episodio, y aunque no canceló su vuelo, su corazón ya no estaba en él.