Seyran, después de meses soportando las burlas de Ferit y siendo testigo de su relación con Pelin, llegó a su límite. En esa noche tensa, Ferit una vez más lanzó palabras hirientes, mientras Pelin apareció como si quisiera desafiar la dignidad de Seyran. Kazim, el padre de Seyran, empeoró la situación al declarar que no podía soportar más las humillaciones que la familia Korhan le había causado. Las palabras de su padre fueron como el golpe final a la dignidad de Seyran. Ella se levantó, con los ojos llenos de determinación, y dijo: “No soy el peón de nadie. Yo decidiré sobre mi propia vida.”
Seyran salió de la mansión, dejando a Ferit atónito y sin palabras. Con una pequeña maleta en la mano, regresó a la casa de sus padres, ese lugar al que había jurado no volver nunca. Pero ahora, Seyran ya no era la chica frágil de antes. Sabía que primero tenía que encontrarse a sí misma antes de pensar en perdonar o en volver con Ferit. Ferit, por primera vez, sintió un verdadero miedo. Se dio cuenta de que tal vez había perdido a Seyran para siempre. Buscó a Pelin, esperando que ella pudiera ayudarlo a recuperar a Seyran. Sin embargo, Pelin solo sonrió con desdén y dijo: “Te lo dije, no podrás retenerla.” Seyran comenzó una nueva vida en casa de sus padres. Al principio, se sintió perdida y sola. Pero poco a poco, encontró alegría cuidando a su familia y haciendo cosas que le apasionaban. Seyran se inscribió en cursos, conoció nuevos amigos y gradualmente recuperó su confianza.
Mientras tanto, Ferit no dejaba de arrepentirse de todo lo que había hecho. Intentó comunicarse con Seyran de todas las formas posibles, pero siempre fallaba. Comprendió que, para recuperar el corazón de Seyran, tendría que cambiar. Tiempo después, Ferit decidió ir a la casa de Seyran para disculparse. Se quedó frente a la puerta, con el corazón latiendo con fuerza. Cuando Seyran abrió la puerta, él vio que había cambiado mucho. Ella se veía más segura y hermosa que nunca. Ferit dijo: “Amor, lo siento por todo lo que te hice. Te amo.” Seyran lo miró, con una expresión complicada en los ojos, y respondió: “Me heriste mucho, Ferit. Necesito tiempo para pensar.” Ferit sabía que debía ser paciente y esperar. Prometió cambiar y demostrarle a Seyran que su amor era sincero.