Marta, una joven llena de pasión y justicia, no podía aceptar que su mejor amiga, Fina, fuera condenada injustamente y encarcelada. Dedicó toda su energía a investigar y encontrar pruebas que demostraran la inocencia de Fina. La investigación de Marta comenzó a revelar una oscura conspiración detrás del caso, relacionada con una figura poderosa en la ciudad. Durante su investigación, Marta recibió la ayuda de otras dos amigas cercanas de Fina, Claudia y Carmen. Ambas decidieron testificar para proteger a su amiga. Sin embargo, esta decisión las convirtió en objetivo de los enemigos. Comenzaron a recibir amenazas anónimas, lo que llenó de miedo a Claudia y Carmen.
Mientras se preparaban para el juicio, Marta recibió una llamada telefónica misteriosa. La persona al otro lado no dijo nada, solo se escuchaba la respiración agitada y un susurro helado: “Detente antes de que sea demasiado tarde”. Esta amenaza desconcertó a Marta y la llenó de ansiedad. Comenzó a sospechar que había tocado una fuerza demasiado grande para enfrentarse a ella. Sin embargo, Marta estaba decidida a continuar la lucha. Creía que la verdad prevalecería. Su determinación empezó a vacilar cuando las personas que amaba también fueron arrastradas a este torbellino. Su madre, una mujer débil y amable, fue atacada por los malhechores y tuvo que ser hospitalizada. Su hermana mayor también perdió su trabajo por haberse puesto del lado de Marta.
A pesar de las dificultades, Marta pensó en rendirse en varias ocasiones. Pero cada vez que pensaba en Fina, atrapada en la cárcel, se reanimaba. Sabía que si retrocedía, Fina nunca sería libre. Finalmente, el juicio comenzó. Marta y los testigos presentaron pruebas convincentes que demostraban la inocencia de Fina. Sin embargo, el abogado del acusado presentó pruebas falsificadas, lo que complicó aún más el caso.
Cuando parecía que toda esperanza se había perdido, un testigo inesperado apareció. Era un hombre que había trabajado para el cerebro detrás de todo. Decidió hablar y denunciar los crímenes del culpable. Gracias al testimonio de este testigo, al fin la verdad salió a la luz. El culpable fue arrestado y Fina fue liberada. Marta y sus amigos ganaron una lucha difícil y peligrosa. No obstante, esta victoria vino acompañada de pérdidas. Marta había perdido muchas cosas en este proceso: su salud, su trabajo e incluso a sus seres queridos. Pero se sentía feliz de haber logrado que Fina recuperara la justicia.