Fina, con los ojos rojos y la voz temblorosa, le contó a Marta sobre los días aterradores que había pasado en la cárcel bajo las manos crueles de Santiago. Las palabras de Fina fueron como cuchillos que desgarraban el corazón de Marta. La furia estalló en su interior, envolviendo su razón. Marta no podía aceptar que su querida hermana tuviera que soportar tales sufrimientos. Con la determinación de vengar a Fina, Marta acudió a Tasio, un hombre poderoso con muchas conexiones en el mundo subterráneo. Ella le rogó que la ayudara a encontrar a un gánster para darle una lección que Santiago nunca olvidaría. Sin embargo, Tasio advirtió a Marta sobre las graves consecuencias de elegir el camino de la violencia. Le aconsejó que buscara la justicia, denunciando el caso a la policía para que Santiago pagara ante la ley.
Mientras tanto, Santiago se enteró de que Marta estaba buscando venganza. Se sintió asustado y preocupado. Sabía que Marta era una mujer fuerte y decidida, y no quería enfrentarse a ella. Santiago comenzó a planear su escape, pero sabía que hacerlo no resolvería el problema. Marta se encontraba ante una elección difícil: tomar el camino de la violencia para satisfacer su furia, o elegir la ley para obtener justicia por su hermana. Si optaba por el primer camino, podría enfrentar consecuencias impredecibles y tal vez nunca encontrar paz en su alma. Si elegía el segundo camino, tendría que enfrentar un largo y arduo proceso legal, pero esa era la única manera de asegurarse de que Santiago recibiera el castigo que merecía. Mientras Marta luchaba con sus pensamientos complicados, Fina trataba de convencer a su hermana de elegir el camino de la paz. Fina no quería que su hermana sufriera más. Ella quería que Santiago pagara, pero también quería que su hermana encontrara la paz interior.
Finalmente, Marta tomó su decisión. Decidió no vengarse por sus propias manos, sino dejar que la ley castigara a Santiago. Creía que esa era la mejor manera de protegerse a sí misma, a su familia y de garantizar la justicia. Con la ayuda de Tasio y los abogados, Marta recopiló suficientes pruebas para acusar a Santiago. Santiago fue arrestado y enfrentó acusaciones graves. La historia de Fina se hizo pública, y causó una ola de indignación en la comunidad. Marta hizo lo que consideraba correcto. Vengó a su hermana llevando al culpable ante la justicia. Sin embargo, la herida que Santiago había causado a Fina y a Marta necesitaría mucho tiempo para sanar.