En un pequeño pueblo en España, Don Pedro, un hombre rico y poderoso, está pasando por un periodo de sufrimiento tras la muerte de su hijo. Vaga como un alma perdida, sin encontrar consuelo en nada. Un día, Don Pedro se encuentra por casualidad con Digna, una mujer pobre pero de corazón bondadoso. Digna había perdido a su propio hijo, y entendía el dolor de Don Pedro. Comienzan a conversar, y poco a poco, encuentran consuelo en el uno al otro. Don Pedro se siente atraído por la dulzura y la empatía de Digna. Siente que puede abrir su corazón a ella más que a nadie más. Digna también se siente atraída por la sinceridad y calidez de Don Pedro. Siente que ha encontrado un verdadero amigo.
El afecto entre Don Pedro y Digna se profundiza con el tiempo. Empiezan a pasar más tiempo juntos, compartiendo secretos y sentimientos. Sienten como si hubieran encontrado a una alma gemela. Sin embargo, el amor entre Don Pedro y Digna no se queda solo en la amistad. Comienzan a enamorarse, un amor intenso y profundo que nunca habían experimentado antes. Don Pedro había estado casado con doña Inés, una mujer rica y poderosa. Sin embargo, su matrimonio se había vuelto frío y ya no existía el amor entre ellos. Don Pedro siente que ya no ama a doña Inés, y se siente atraído por la sinceridad y calidez de Digna.
Digna también había estado casada, pero su esposo la había dejado. Se sentía sola y vacía, y la llegada de Don Pedro trajo una chispa de esperanza a su vida. Don Pedro y Digna saben que su amor es incorrecto. Saben que están traicionando a sus cónyuges. Sin embargo, no pueden resistirse al amor intenso que sienten el uno por el otro. Un día, doña Inés descubre la relación entre Don Pedro y Digna. Ella está furiosa y destrozada. Exige que Don Pedro termine la relación con Digna. Don Pedro y Digna saben que deben terminar su relación. No quieren lastimar a las personas que los rodean. Sin embargo, todavía se aman, y siempre se recordarán.