Patricia Lambert, una empresaria astuta y decidida, había sido anteriormente una pieza clave en el juego de poder de Jesús de la Reina. Sin embargo, esta vez, ella se había vuelto más fuerte y ya no era tan fácil de manipular. El enfrentamiento entre estas dos figuras poderosas promete ser una batalla sin tregua.
Jesús, con su naturaleza astuta y ambiciosa, había utilizado a Patricia en múltiples ocasiones para alcanzar sus objetivos. Esta vez, intentó sobornarla ofreciéndole una participación accionaria mayor, pero Patricia no se dejó engañar fácilmente. Sabía que detrás de las palabras dulces de Jesús se escondía un plan oscuro.
La negociación entre ambos se desarrolló en un ambiente cargado de tensión. Cada palabra, cada gesto, estaba lleno de significado. Patricia no se dejó intimidar por las amenazas de Jesús. Ella había planeado cuidadosamente cada movimiento para esta batalla y estaba preparada para cualquier situación.
Mientras tanto, Jesús comenzaba a perder la paciencia. Sabía que, si no lograba convencer a Patricia, su plan se vendría abajo. Desesperado, recurrió a tácticas sucias para intimidarla, pero Patricia mantuvo firme su postura, mostrando una fortaleza inquebrantable.
Cuando la situación alcanzaba su punto más crítico, ocurrió un giro inesperado. Salieron a la luz pruebas que demostraban que Jesús había incurrido en actividades ilegales. Esta revelación debilitó su posición y amenazó con destruir todo su imperio empresarial.