En una casa tranquila en las afueras de Madrid, Manuel estaba sentado en el sofá, mirando fijamente su teléfono móvil. Estaba esperando una llamada de Jana, su novia, quien había desaparecido hace dos días. Pero no llegaba ninguna llamada. Manuel se sentía preocupado e inquieto. No sabía qué había pasado con Jana. Había llamado a la policía y a los hospitales, pero ellos no tenían ninguna información sobre ella. Manuel decidió ir a casa de su madre, Cruz, para preguntarle si sabía algo. Cruz era una mujer fría y estricta, pero Manuel esperaba que pudiera ayudarlo. Cuando Manuel llegó a casa de Cruz, ella estaba sentada en la sala de estar leyendo el periódico. Miró a Manuel con una expresión de desagrado y le preguntó qué hacía allí.
Manuel le contó a Cruz que Jana había desaparecido y que estaba preocupado por ella. Cruz le dijo que no sabía nada sobre Jana y que no le interesaba. Manuel se sintió decepcionado y enfadado. Se dio la vuelta y salió de la casa de Cruz. Mientras Manuel caminaba de regreso a su casa, recibió una llamada de la policía. Le dijeron que habían encontrado a Jana. Estaba retenida por un grupo de traficantes de personas. Manuel se sintió conmocionado y horrorizado. No podía creer que Jana estuviera en peligro. Llamó a don Rómulo, un amigo cercano, y le pidió ayuda. Don Rómulo era un hombre rico y poderoso. Aceptó ayudar a Manuel a rescatar a Jana. Le dijo a Manuel que se pondría en contacto con los traficantes y exigiría que liberaran a Jana.
Manuel y don Rómulo condujeron hasta una zona industrial en las afueras de Madrid. Encontraron un gran almacén y entraron. Dentro del almacén, vieron a Jana atada a una silla. Estaba siendo golpeada y torturada. Manuel y don Rómulo irrumpieron para rescatar a Jana. Derrotaron a los traficantes y liberaron a Jana. Jana estaba en estado de shock y aterrorizada. No podía hablar. Manuel abrazó a Jana y la consoló. Le dijo que todo estaría bien. Jana finalmente se calmó. Le contó a Manuel lo que le había pasado. Los traficantes la habían secuestrado y llevado al almacén. La habían torturado y amenazado con matarla si no aceptaba trabajar para ellos.
Manuel se sintió enfurecido y asqueado. Decidió denunciar el caso a la policía. La policía arrestó a los traficantes y los llevó a juicio. Jana fue trasladada al hospital para ser examinada. Manuel se sintió aliviado al saber que Jana estaba a salvo. Le agradeció a don Rómulo por su ayuda. Don Rómulo le dijo a Manuel que siempre estaría dispuesto a ayudarlo. También le aseguró que continuaría vigilando a los traficantes para garantizar que no pudieran dañar a nadie más. Manuel se sintió agradecido por la ayuda de don Rómulo. Sabía que podía confiar en sus amigos en los momentos difíciles. Manuel y Jana regresaron a casa. Se reunieron con su familia y amigos. Manuel y Jana habían pasado por una experiencia aterradora, pero la superaron. Aprendieron que el amor y la familia son las cosas más importantes en la vida.