Vera no podía creer lo que oía cuando Teresa reveló la aterradora verdad. Marcelo, el hombre al que amaba, no era el esposo de Teresa, sino su hermano. Ambos eran víctimas de las maquinaciones del Duque de Carril, quien había engañado a Marcelo con promesas comerciales llenas de colores. La noticia fue como un terremoto, sacudiendo el pequeño mundo de Vera. Se sintió como si estuviera al borde de un abismo. Amaba a Marcelo, pero esta verdad había puesto una distancia invisible entre ellos. Lope, el amigo cercano de Vera, también estaba conmocionado por esta verdad. Entendía que este secreto no podía mantenerse oculto por mucho tiempo. Si no se desvelaba pronto, seguiría causando un daño profundo a todos. “¿Qué debemos hacer ahora?” preguntó Vera a Lope, con la voz temblorosa. “Debemos enfrentar la realidad,” respondió Lope, con los ojos llenos de determinación. “Debemos desenmascarar al Duque de Carril.”
Tras una intensa discusión, el grupo decidió unirse para enfrentarse al Duque de Carril. Vera, con su inteligencia y aguda capacidad de análisis, se encargaría de recopilar información sobre sus actividades turbias. Marcelo, con su experiencia empresarial, se acercaría a Alonso, el heredero de una gran fortuna, para advertirle sobre las maquinaciones del Duque. Mientras tanto, Teresa y Lope aprovecharían sus relaciones con los empleados de la mansión para buscar pruebas.
El Duque de Carril, sin saber nada del plan del grupo, llegó a La Promesa con una nueva conspiración. Quería atrapar a Alonso en una trampa financiera y apoderarse de toda su herencia. Alonso, un joven inocente y confiado, rápidamente cayó en las dulces promesas del Duque. La carrera contra el tiempo comenzaba. Vera, Marcelo, Teresa y Lope tendrían que trabajar arduamente para detener la conspiración del Duque y proteger a Alonso. Tendrían que enfrentarse a peligros acechantes, maquinaciones maliciosas y traiciones inesperadas. Durante la investigación, descubrieron que el Duque de Carril no solo era un estafador, sino que también estaba involucrado en muchas otras actividades ilegales. Había causado un sufrimiento inmenso a muchas personas, y ahora tendría que pagar por sus crímenes.