Catalina, con el corazón destrozado y la mirada perdida, se encontraba frente al altar, rodeada de familiares y amigos que la miraban con incredulidad y compasión. La noticia de la desaparición de Pelayo se propagó como pólvora, convirtiendo lo que debía ser un día de celebración en un escándalo. Manuel y Curro, los mejores amigos de Pelayo, se lanzaron a su búsqueda desesperadamente, recorriendo cada rincón del pueblo y preguntando a todos los conocidos.
Mientras tanto, Cruz, con su habitual frialdad, observaba la escena con una mezcla de curiosidad y satisfacción. Sus comentarios ácidos y suspicaces sobre Catalina no hicieron más que avivar las sospechas de los presentes. Sugirió que quizás Catalina no había sido del todo honesta con respecto a su relación con Pelayo y que su desaparición podría estar relacionada con algún secreto oculto. Estas insinuaciones hirieron profundamente a Catalina, quien ya estaba al borde del colapso.
Ricardo, por su parte, se encontraba sumido en un dilema moral. Llevaba consigo una carta del Conde, en la que este revelaba un secreto importante sobre Pelayo. ¿Debía confesar lo que sabía y arriesgarse a destruir la reputación de su amigo, o debía guardar silencio para protegerlo? La decisión era difícil, pues implicaba traicionar la confianza de Pelayo y poner en riesgo su propia amistad con él.
Alonso y su esposa, por su parte, se enfrascaron en una acalorada discusión. Los viejos resentimientos familiares afloraron a la superficie, y cada uno culpó al otro por la desgracia que había caído sobre la familia. La tensión entre ambos era palpable, y parecía que su matrimonio estaba al borde de la ruptura.
En medio de todo este caos, Cruz comenzó a investigar por su cuenta. Con su astucia y sus contactos, pronto descubrió un secreto que podría cambiar el curso de los acontecimientos. Un secreto que vinculaba a Pelayo con una misteriosa mujer y con una herencia oculta. ¿Sería este el motivo de su desaparición? ¿Y qué papel jugaría Catalina en todo esto?
A medida que la investigación avanzaba, los secretos más oscuros de la familia fueron saliendo a la luz. Las relaciones se tensaron, las alianzas se rompieron y las lealtades se pusieron a prueba. ¿Podría Catalina demostrar su inocencia y encontrar a Pelayo? ¿Y quién resultaría ser el verdadero culpable de toda esta situación?