Manuel luchaba contra el dolor que se expandía en su corazón. Cada segundo que pasaba, la preocupación por Jana aumentaba. Cruz, con la falsa expresión de un vencedor, no dejaba de esparcir rumores maliciosos sobre la chica. “Ella ha huido, Manuel. No vale la pena que sufras por ella.” Cada palabra de Cruz era como una daga clavada en su corazón, pero Manuel luchaba por contenerse, sin darle la satisfacción al enemigo.
En su desesperación, Manuel casi pierde el control. Vagueaba por el jardín de La Promesa, sus ojos vacíos mirando al vacío. Justo en ese momento, una carta fue entregada. Su corazón latió con fuerza. Al abrirla, las palabras escritas a mano se desplegaron ante él. El contenido de la carta le dio esperanza y al mismo tiempo le causó preocupación. Jana seguía viva, pero estaba en peligro y necesitaba su ayuda. Mientras tanto, Martina notó que Catalina se estaba aislando cada vez más en su habitación. Para ayudarla a superar la tristeza, le sugirió salir a caminar por el jardín. Catalina rechazó la idea al principio, pero finalmente aceptó. Ambas caminaron juntas por el jardín, sin saber que una figura extraña se ocultaba en las sombras, observando cada uno de sus pasos.
¿Quién es esa figura desconocida? ¿Está relacionada con la desaparición de Jana? ¿Y qué secretos lleva consigo? Todas estas preguntas son grandes incógnitas, que prometen traer giros inesperados a la historia. Mientras Manuel luchaba por encontrar una manera de rescatar a Jana, Catalina y Martina se veían sin querer atrapadas en una oscura conspiración. ¿Podrán superar las dificultades y los peligros para descubrir la verdad? Y ¿será el amor entre Manuel y Jana lo suficientemente fuerte como para superar todos los obstáculos?