Jana se paró frente al espejo, mirando su reflejo. Sus ojos estaban llenos de preocupación. El compromiso con Manuel estaba por ocurrir, pero su corazón no podía encontrar paz. Tenía miedo, temía que arruinara todo, temía que Manuel se diera cuenta de que no era digna de él. Con el corazón pesado, Jana buscó a Manuel. Él la abrazó suavemente, tratando de alejar el miedo que la envolvía. “Amor, no te preocupes tanto. Yo confío en ti. Eres la persona más maravillosa que he conocido”, dijo Manuel, con una voz cálida como un rayo de sol atravesando las nubes oscuras. Sin embargo, las palabras reconfortantes de Manuel no lograron calmar la ansiedad que sentía Jana. La presión de la familia de él, especialmente de la señora Marqués, solo aumentaba el peso sobre sus hombros. La señora Marqués siempre mostraba desprecio por el origen de Jana y pensaba que no era digna de Manuel.
Mientras tanto, Cruz, quien siempre había amado en secreto a Manuel, estaba conspirando para sabotear su relación. Ella sabía que Jana estaba muy preocupada, y decidió aprovechar esa oportunidad para presionar aún más a Jana. Cruz comenzaba a difundir rumores sobre el pasado de Jana, lo que hacía que ella se sintiera aún más insegura y confundida. Jana sentía como si estuviera siendo empujada a una batalla que no había elegido. Tenía que enfrentar los chismes, las miradas sospechosas, y la duda de sí misma. ¿Sería Jana lo suficientemente fuerte como para superar todas estas dificultades? ¿Podría demostrarle a Manuel y a su familia que ella era digna de su amor?
Un día, cuando Jana se sentía más desesperada, se encontró casualmente con una vieja amiga. Esta amiga la animó y la apoyó mucho. Le dijo a Jana que admiraba su fortaleza y perseverancia. Las palabras de su amiga ayudaron a Jana a recuperar la confianza en sí misma. Con el aliento de su amiga y el amor de Manuel, Jana decidió que no permitiría que nadie destruyera su felicidad. Enfrentaría todos los desafíos con fuerza y demostraría a todos que era digna del amor de Manuel. En el día del compromiso, Jana apareció radiante. Sus ojos reflejaban confianza y felicidad. Agradeció a todos, especialmente a Manuel. También agradeció a quienes siempre habían estado a su lado durante todo este tiempo.