Después del escándalo en el restaurante, Seyran sintió como si su alma estuviera destrozada. Se retiró a su rincón habitual, una pequeña cafetería donde siempre encontraba paz. Su mirada vacía se perdió en la ventana, y las imágenes de su tormentosa vida matrimonial seguían apareciendo claramente en su mente. Había soportado tanto, desde la traición de su esposo hasta la indiferencia de su suegra. En ese momento, una voz familiar interrumpió sus pensamientos. “Seyran, lo siento.” Era Gülgün, la mujer que ella había considerado su enemiga. Pero esta vez, había algo diferente en su mirada. Ya no había arrogancia, sino arrepentimiento y sinceridad.
Seyran se dio la vuelta y miró a Gülgün con una mirada llena de desconfianza. “Lo siento no es suficiente para arreglar todo,” respondió con tono frío. Sin embargo, al mirar profundamente en los ojos de su suegra, Seyran se dio cuenta de que había un sufrimiento genuino. “Sé que he cometido un error. No puedo cambiar a Ferit, mi hijo es un hombre egoísta y autoritario. Pero puedo cambiar yo misma. Quiero que sepas que estaré de tu lado, no solo porque eres mi nuera, sino porque mereces ser respetada.” Las palabras de Gülgün fueron como un rayo de sol atravesando las nubes oscuras que cubrían el alma de Seyran.
Seyran se dio cuenta de que Gülgün también era una víctima en este matrimonio. Ella había estado atada a las normas sociales, a la mentalidad conservadora y a las creencias obsoletas. Y ahora, estaba tratando de cambiar, de comenzar de nuevo. En ese momento, Seyran sintió que algo de perdón comenzaba a nacer en su corazón. Comprendió que, para ser realmente feliz, tenía que dejar ir el rencor y las heridas del pasado. Necesitaba ser más fuerte, no solo para protegerse a sí misma, sino también para amarse más a ella misma. A partir de ahí, la relación entre Seyran y Gülgün empezó a cambiar. Ya no eran suegra y nuera, sino dos mujeres que compartían el mismo dolor y buscaban juntas la paz. Seyran se dio cuenta de que la vida no solo es sufrimiento, sino también una oportunidad para sanar y comenzar de nuevo.