La atmósfera en la sala de estar de la familia Korhan parecía estar congelada. Seyran estaba en medio de una tensa discusión entre ella, Ferit y su padre, Kazim. Todo había superado el límite que ella podía soportar. “¡No puedes seguir aguantando, Ferit!” – gritó Seyran, su ira a punto de estallar. Miró a Kazim con determinación en los ojos. “Y usted, Kazim, ya no tiene derecho a decidir sobre mi vida.” Estas palabras fueron como una bofetada fuerte en la cara de Ferit. Nunca había visto a Seyran de esta manera, decidida y llena de dolor. Y cuando Kazim declaró que nunca aceptaría esta relación, Seyran ya no tenía nada que perder. “Me voy, Ferit.” – dijo Seyran, cada palabra resonando como una cuchillada en el corazón de Ferit. Ella se fue, dejando a Ferit de pie en silencio, incapaz de creer lo que acababa de suceder. ¿Podría salvarse su relación, o era este realmente el final?
Seyran salió de la casa de la familia Korhan, llevando consigo un corazón roto y una decisión tomada. Buscó un lugar tranquilo, donde pudiera liberar el dolor que llevaba dentro. Recordó los hermosos momentos con Ferit, las dulces promesas y los momentos felices que compartieron. Pero ahora, todo eso era solo el pasado.Mientras tanto, Ferit vivía lleno de arrepentimiento y remordimiento. Se dio cuenta de que había perdido lo más valioso en su vida. Fue a buscar a Seyran, pero ella había cambiado su número de teléfono y no quería verlo.Kazim, el hombre poderoso y firme, también se sentía arrepentido. Se dio cuenta de que había cometido un error al tratar a Seyran de esa manera. Había alejado a la esposa de su querido hijo de sus brazos.
Con el paso del tiempo, Seyran comenzó a recuperar el equilibrio en su vida. Se centró en el trabajo, pasó tiempo con amigos y familiares. Se volvió más fuerte, más independiente. Sin embargo, la herida en su corazón aún no se había sanado por completo. Ferit no perdió la esperanza. Persistió en buscar a Seyran, le escribió cartas, le envió pequeños regalos. Finalmente, su sinceridad conmovió a Seyran. Ella aceptó volver a verlo, pero con una condición: él debía cambiar y demostrar su amor. Ferit aceptó la condición de Seyran. Comenzó a cambiar desde los detalles más pequeños. Aprendió a ser paciente, a escuchar y a entender a los demás. También se esforzó por sanar su relación con su padre. Después de mucho esfuerzo, Ferit finalmente conquistó el corazón de Seyran. Decidieron empezar de nuevo, construir un futuro juntos.